LA
VIDA MODERNA EN LA OFICINA Y UNA CONDICIÓN CADA VEZ MÁS COMÚN LLAMADA
"RASGO DE DEFÌCIT DE ATENCIÓN" ESTÁN CONVIRTIENDO A LOS EJECUTIVOS
EQUILIBRADOS EN SERES FRENÉTICOS DE DESEMPEÑO DEFICIENTE.
Guillermo ejecutivo de Banco con los
dedos sobre su escritorio mientras recorre con la vista el correo electrónico
en la pantalla de su computadora. Al mismo tiempo, habla por teléfono con un
ejecutivo que se encuentra en otra región. Su rodilla salta de arriba abajo
como un martillo neumático. Intermitentemente se muerde el labio y con la mano
alcanza a su constante compañera, la taza de café. Está tan profundamente
inmerso en sus múltiples tareas que ya olvidó la cita que su calendario de
Outlook le recordó hace 15 minutos.
Zonia luz, catedrática universitaria
y una vicepresidenta de una ONG, y Walter, su jefe, compañero y colega, tienen
oficinas contiguas para poder comunicarse con rapidez; pero la comunicación
nunca parece producirse. "Cada vez que entro a la oficina de Walter, la
luz de su teléfono se enciende, mi celular suena, alguien golpea a la puerta,
súbitamente él mira su pantalla y escribe un e-mail, o me habla sobre un nuevo
asunto del que quiere que me ocupe", se queja Zonia Luz. "Estamos
trabajando al máximo sólo para mantenernos a flote y no logramos que se
concrete nada importante. ¿Me estoy volviendo loca?
Guillermo, Zonia Luz y Walter no
están locos, pero ciertamente están desquiciados. Su experiencia se está
volviendo la norma para ejecutivos desbordados de trabajo que padecen un
fenómeno neurológico muy real, pero no reconocido, llamado: Rasgo de
Déficit de Atención, o ADT (por sus siglas en inglés) causado
por una sobrecarga del cerebro, el ADT es hoy una epidemia en las organizaciones.
Los síntomas centrales son una tendencia a la distracción, el desasosiego
interno y la impaciencia. Las personas con ADT tienen dificultad para
permanecer organizadas, fijar prioridades y administrar el tiempo. Estos
síntomas pueden socavar el trabajo de un ejecutivo talentoso. Si Guillermo,
Zonia Luz y Walter y millones como ellos se concibieran a sí mismos en términos
neurológicos, podrían gestionar activamente sus vidas en lugar de reaccionar a
los problemas a medida que surgen.
EL PASO MAS IMPORTANTE PARA CONTROLAR
EL ADT ES CREAR UN ENTORNO EN EL QUE EL CEREBRO PUEDA FUNCIONAR DE LA MEJOR
MANERA
Se podría tratar de lidiar con el ADT
durmiendo menos, con la vana esperanza de que así se logre hacer más. Esto es
exactamente lo opuesto de lo que debe hacerse, porque el ADT aparece cuando no
se duerme lo suficiente. Existe una amplia documentación que sugiere que la
privación de sueño genera una variedad de problemas, desde la defectuosa toma
de decisiones y la creatividad reducida hasta el comportamiento irreflexivo y
la paranoia.
No todos requerimos la misma cantidad
de sueño; un buen indicador de que se duerme lo suficiente es si se puede
despertar sin un reloj despertador. La dieta también juega un rol crucial en la
salud del cerebro. Muchas personas trabajadoras habitualmente consumen
carbohidratos, que hacen que los niveles de glucosa en la sangre se trastornen.
Esto crea un círculo vicioso: Las fluctuaciones rápidas en los niveles de
insulina incrementan aún más el deseo por carbohidratos. El cerebro, que
depende de la glucosa para obtener energía, queda o bien saturado o exhausto,
lo que en ningún caso favorece un funcionamiento cognitivo óptimo.
El cerebro funciona mucho mejor si el
nivel de glucosa en la sangre puede ser mantenido relativamente estable. Para
hacerlo, evite los carbohidratos simples que contienen azúcar y harina blanca
(masas, pan blanco y pastas, por ejemplo). Prefiera los carbohidratos complejos
que se encuentran en las frutas, los cereales integrales y los vegetales.
Tome una multivitamina todos los
días, así como un suplemento de ácidos grasos omega 3, una excelente fuente de
los cuales es el aceite de pescado. Los omega 3 y los complejos E y B
contenidos en las multivitaminas promueven un funcionamiento saludable del
cerebro y podrían incluso evitar la enfermedad de Alzheimer u otras
inflamatorias (que pueden ser el inicio de enfermedades graves como las
cardíacas, infartos, diabetes y cáncer). Modere también su ingesta de alcohol,
porque su exceso mata las células cerebrales y acelera la aparición de pérdida
de memoria e incluso demencia. Al cambiar su dieta para promover la función
cerebral óptima y una buena salud general, su cuerpo también perderá los kilos
de más.
Si usted piensa que no puede destinar
tiempo a hacer ejercicio, piénselo la otra vez. Estar sentado ante un
escritorio durante horas disminuye la agudeza mental, no sólo debido al menor
flujo sanguíneo hacia el cerebro, sino también por otras razones bioquímicas.
El ejercicio físico induce al cuerpo
a producir una gama de sustancias químicas que el cerebro adora, incluyendo
endorfinas, serotonina, dopamina, epinefrina y norepinefrina, y dos compuestos
recientemente descubiertos: el factor neurotrópico derivado del cerebro (BDNF,
por sus siglas en inglés) y el factor de crecimiento nervioso (NGF). Ambos
factores promueven la salud y el desarrollo celular en el cerebro, previenen
los estragos del envejecimiento y el estrés y mantienen el cerebro en óptimas condiciones.
Para eludir los síntomas de ADT mientras trabaja, levántese de su escritorio y
suba y baje las escaleras unas cuantas veces, o camine rápidamente por un
pasillo. Estos esfuerzos sencillos y rápidos reactivarán su cerebro.
ORGANICESE PARA EL ADT.
Es importante desarrollar tácticas
para organizarse mejor, pero no en el sentido de las vacuas resoluciones de año
nuevo. Más bien, su meta es ordenar su trabajo de una manera que le acomode,
para que la desorganización no le impida alcanzar sus metas.
Primero, diseñe estrategias para ayudar a sus lóbulos frontales a permanecer en control. Esto podría incluir dividir tareas grandes en otras más pequeñas y mantener una parte de su espacio de trabajo o escritorio despejado en todo momento (no es necesario tener toda su oficina ordenada, sólo una parte de ella). Asimismo, podría tratar de mantener una parte de su día libre de citas, e-mail y otras distracciones, de manera de tener tiempo para pensar y planificar. Puesto que el e-mail es una maravillosa forma de postergar y al mismo tiempo de predisponerse para el ADT, podría considerar reservarse "horas de mail" específicas, ya que no es necesario responder a todos los mensajes de inmediato.
Segundo, Cuándo comience su día, no se permita ser
succionado por la vorágine del e-mail o el correo de voz ni se ocupe de tareas
menores que consumen su tiempo, pero no aportan nada. En lugar de eso, ocúpese
de una tarea crucial. Antes de terminar el día, haga una lista de no más de
cinco ítems prioritarios que requerirán su atención mañana. Las listas cortas
obligan a priorizar y completar las tareas. Adicionalmente, mantenga los
torrentes de documentos a raya. Si toma un documento, trabaja con él, lo
archiva o lo descarta. "No lo pongo en una pila", dice. "Las
pilas son como la hierba: si las dejas crecer, lo invadirán todo".
Tercero, preste atención a los momentos del día en que
sienta que se desempeña mejor; haga su trabajo más importante entonces y deje
el trabajo rutinario para otros momentos. Disponga su oficina de manera que
ayude al funcionamiento mental. Si se concentra mejor con música, tenga música
(si hace falta, use auriculares). Si piensa mejor de pie, trabaje parado o
camine frecuentemente. Si hacer garabatos o tamborilear con los dedos le ayuda,
encuentre una forma de hacerlo sin molestar a nadie o tenga un juguete manual
para llevar a las reuniones. Estas pequeñas estrategias parecen banales, pero
combaten el demonio del ADT que reside en los detalles que distraen.
PROTEJA SUS LOBULOS FRONTALES
Para mantenerse alejado del modo de
supervivencia y evitar que su cerebro inferior usurpe el control, disminuya el
ritmo. Tómese el tiempo que necesite para entender lo que sucede, escuchar,
hacer preguntas y digerir lo que se haya dicho para no confundirse y evitar que
su cerebro entre en pánico.
Si comienza a sentirse sobrepasado,
intente los siguientes trucos para aclarar la mente. Realice una tarea
rutinaria fácil, como actualizar el calendario de su reloj o escribir un memo
sobre un tema neutral. Si se siente ansioso ante el comienzo de un proyecto,
tome una hoja de papel o abra su procesador de textos y escriba un párrafo
sobre algo no relacionado con el proyecto (una descripción de su casa, de su
auto, de sus zapatos; cualquier cosa que conozca bien).
También puede abordar la parte más
fácil de la tarea; por ejemplo, escribir sólo el título de un memo sobre el
proyecto. Abra un diccionario y lea un par de definiciones, o destine cinco
minutos a hacer un crucigrama. Cada una de estas pequeñas tareas aquieta al
cerebro inferior, engañándolo para que suprima los mensajes alarmistas y ponga
a los lóbulos nuevamente al mando.
Con demasiada frecuencia, las
empresas inducen y exacerban el ADT en sus empleados al demandar un pensamiento
rápido en lugar de un pensamiento profundo. También les piden trabajar en
múltiples proyectos e iniciativas superpuestos, lo que se traduce en un
pensamiento mediocre. Peor aún, las empresas que piden a sus empleados que
hagan demasiado a la vez tienden a recompensar a quienes aceptan la sobrecarga
y castigan a los que optan por enfocarse y dicen no.
Además, las organizaciones cometen el error de forzar a sus empleados a hacer cada vez más con cada vez menos, al eliminar el personal de apoyo. Estas empresas terminan perdiendo dinero en el largo plazo, porque cuanto más tiempo deba gastar un ejecutivo en ser su propio asistente administrativo y cuanto menos pueda delegar, menos eficaz será en realizar el importante trabajo de hacer avanzar la organización.
Además, las empresas que ignoran los
síntomas del ADT en sus empleados sufren sus efectos nocivos: Los empleados no
rinden, generan desorden, toman atajos, cometen errores irreflexivos y
desperdician su capacidad intelectual. A medida que las exigencias siguen en
aumento, un ambiente tóxico de fuerte presión conduce a altas tasas de
enfermedad y rotación de empleados.
Los líderes también pueden evitar el
ADT equiparando las habilidades de los empleados con sus tareas. Cuando los
ejecutivos asignan metas que exigen demasiado a la gente o piden a los
trabajadores que se enfoquen en aquello en lo que no son buenos en lugar de lo
que hacen bien, aumenta el estrés. En contraste, los ejecutivos que entienden
los peligros del ADT encuentran maneras de mantenerse a sí mismos y sus
organizaciones bien encaminados. Además, alienta a sus ejecutivos a asignar a
las personas las tareas que se ajusten a sus estilos cognitivos y emocionales,
entendiendo que ningún estilo es mejor que otro.
El ADT es una amenaza muy real para
todos nosotros. Si no lo manejamos, nos manejará a nosotros. Pero comprender al
ADT y sus estragos nos permite aplicar métodos prácticos para mejorar nuestro
trabajo y nuestras vidas. Al final, el paso más crítico que un líder inspirado
puede tomar para abordar el problema del ADT es nombrarlo.
Reconocer abiertamente el ADT y
describir sus síntomas remueve el estigma y elimina la condena moral que las
empresas por tanto tiempo han imputado erróneamente a sus empleados
sobrecargados. Al dar a las personas permiso para pedir ayuda y al permanecer
atentos a las señales de estrés, las organizaciones harán mucho por fomentar
ambientes de trabajo más productivos, equilibrados e inteligentes.
CONTROLE SU ADT
En general
Duerma adecuadamente.
Cuide lo que come.
Evite los carbohidratos simples
azucarados, modere su ingesta de alcohol, agregue proteínas, prefiera
carbohidratos, complejos (vegetales, cereales integrales, fruta).
Ejercítese durante 30 minutos como
mínimo, cada día.
En el trabajo
Haga todo lo posible para crear un entorno de trabajo conectado y de
confianza
Tenga una charla
amistosa, cara a cara, con una persona que le agrade cada cuatro a seis horas.
Divida las tareas
grandes en otras más pequeñas.
Mantenga una parte de su lugar de trabajo o escritorio despejado todo el tiempo
Reserve un poco de tiempo para pensar cada día, libre de reuniones, e-mails
y llamadas telefónicas.
Deje de lado el e-mail hasta que haya terminado al menos una o dos tareas
más importantes.
Antes de salir del trabajo diariamente, haga una lista corta de tres o cinco
ítems de los que se ocupará al día siguiente.
Trate de trabajar en archivar o descartar cada documento que toque.
No permita
que los papeles se acumulen.
Preste atención
a los momentos del día en que siente que está en su mejor forma haga su trabajo
más importante entonces, y deje el trabajo rutinario para otro momento.
Haga lo que sea necesario para trabajar de una forma más enfocada; ponga
música de fondo, camine, y así pida a un colega o asistente que le ayude a
dejar de hablar por teléfono, mandar e-mail o trabajar hasta muy tarde
Cuando se sienta
abrumado Baje el ritmo
Realice una tarea rutinaria fácil: actualice la fecha en su reloj, escriba una nota
sobre un tema neutral (como una descripción de casa), lea unas pocas
definiciones de diccionario, haga un crucigrama corto.
Muévase:
suba y baje escaleras o camine rápidamente
Pide ayuda,
delegue una tarea o explore una idea con un colega.
En resumen, no se preocupe en
solitario.
Centro de Capacitación y Prevención para el Manejo de Emergencias y Medio Ambiente
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