El documento es demasiado extenso para leerlo y
aplicarlo como una lista rápida es más una referencia técnica para generar
reflexión, debates y mejoras prácticas entre personas y entidades con responsabilidades
específicas en el tema. Por eso le sugerimos leer, meditar, discutir y seguir
los siguientes consejos
La siguiente guía proporciona indicaciones para
prevenir y enfrentar un atentado terrorista. Enseña a anticiparse, prepararse y
protegerse activamente. Fue diseñada con base en la revisión de los atentados
reales, investigaciones en prevención y atención de emergencias y desastres,
psicologías de la crisis, intervención comunitaria contraterrorista.
Esta guía involucra las observaciones, sugerencias, y
en general, la sabiduría popular de miles de personas y comunidades (amas de
casa, educadores, estudiantes, padres, líderes, bomberos, funcionarios
públicos, socorristas, religiosos, autoridades gobernantes, personal de salud,
empresarios privados etc.). alrededor de la prevención y atención de
emergencias y desastres en caso de atentado terrorista, estas personas en
general, han aportado su experiencia y apreciaciones, sobre su propia
experiencia.
Reflexiones iniciales
Además
de la sorpresa terrorista, como otros delincuentes, se valen de la falsa
creencia de invulnerabilidad con la que la mayoría de las personas enfrentan
los riesgos. Como no es agradable creer que algo malo nos puede suceder y en
ocasiones realmente no estamos preparados para defendernos, es más fácil negar
el riesgo que tomarnos el trabajo de capacitarnos, equiparnos y organizarlo
para mitigarlo. Por eso seguimos siendo
vulnerables y sufrimos consecuencias más graves cuando la amenaza se convierte
en un hecho real. En este caso, cuando la realidad nos explota en la cara.
Otra
actitud potencia de esa vulnerabilidad: enfrentar el terrorismo y otras
acciones criminales desde la perspectiva moral y no la práctica. Pensamos
íntimamente que el uso del terrorismo es malo, tanto que no debería hacerse.
Eso es éticamente correcto, pero la ética y la condena moral son lo que menos
le importa al terrorista. Para éste, que justifica sus actos desde sus
objetivos prácticos, el terrorismo es tan bueno y le es tan útil que por eso es
que lo usa. Por eso para tener alguna oportunidad de neutralizarlo es necesario
asumir también una posición práctica, casi que ponerse los zapatos del
terrorista, pensar como él, evaluar objetivamente y sin barreras morales de qué
forma se nos podría causar el mayor daño y corregir las falencias que esa
“visión criminal” saque a relucir. En ese sentido, despójese de pensamientos
como “nadie podría hacer algo así”, porque precisamente “algo así” es lo que
pueden hacer, así que prepárese para eso.
Desarrollo de la Guía
1. Reconozca su entorno: más que
la policía, usted conoce mejor el territorio en el que se mueve (casa, escuela,
trabajo, descanso recreación): usted sabe qué es o no normal, quién debe o no
estar ahí, cuáles personas, vehículos y objetos pueden ser sospechosos, cuáles
son las debilidades y las fortalezas de su comunidad, su casa, su empresa o su
sector. Comience por conocer a sus vecinos, sus compañeros, sus empleados, cómo
se llaman, a qué se dedican, qué recursos tienen para comunicarse, emitir una
alerta y coordinarse.
2. Sea solidario: los
habitantes de centros urbanos tienden a aislarse, a no saber quién vive al
lado, a encerrarse en sus propias medidas de seguridad puestas adentro,
creyendo que así estarán seguros. Es falso, no lo están. También es falso,
aunque muy humano, creer que las cosas malas no me pueden pasar a mí, que eso
es problema de otros. Esas son las condiciones que necesita el delincuente para
hacer daño. La apatía y la insensibilidad ciudadanas, que además de incorrectas,
son muy torpes. La realidad es elemental: a mí sí me puede suceder. Si yo cuido
a mis vecinos es probable que ellos también me cuiden a mí. Yo como ciudadano
común y corriente, tengo opciones racionales para proteger mi seguridad.
3. Esté alerta: siga las
indicaciones de las autoridades para detectar riesgos e informe inmediatamente
sobre las situaciones sospechosas, dando datos concretos y detallados. No se
trata de andar con los nervios de punta todo el día, ni de desconfiar de todo
el mundo, sino de observar permanentemente el sitio, las personas y las cosas
que le rodean y saber qué está pasando y qué puede pasar. Preste atención a lo
que se sale de la normalidad o de la rutina de su área de desempeño, calle,
oficina, edificio, acera, casa, medio de transporte, parque, restaurante, café,
personas, etc.
4. Organice y prevenga: en su
lugar de trabajo, estudio, recreación y habitación hable del tema con sus
familiares, compañeros y vecinos y propicie medidas preventivas. Pregúntese
¿cómo evitar o disminuir los riesgos?, ¿qué hacer?, ¿cómo actuar ante una
emergencia? Revise en grupo el edificio y sus alrededores y descubra los
lugares y los objetos que pueden significar peligro. Efectúe un inventario de
ellos y corríjalos. Establezca acciones y responsabilidades concretas.
En
otras palabras, diseñe y aplique un plan de contingencia contra actos
terroristas sencillo y viable (desde el punto de vista técnico, económico y
práctico). Prepare un botiquín de rescate de primeros auxilios. Asesórese con
la policía, los bomberos, los grupos de rescate y las entidades privadas
especializadas en gestión del riesgo o vigilancia. Dedíquele tiempo y un
presupuesto. Con toda seguridad le resultará menos costosa que recuperarse
después del impacto.
5. Exija las mismas medidas en el colegio
de sus hijos: ellos están expuestos a la misma amenaza
pero son más vulnerables. Además de protegerlos, es conveniente educarlos
frente a estos riesgos. Recuerde que esa es una responsabilidad innegable de
las entidades educativas, a quiénes usted paga no solo por una educación de
calidad sino también por condiciones de seguridad para sus hijos. Si también le
cobran un seguro, pues tiene pleno derecho a exigirle a la compañía aseguradora
asesoría y capacitación al respecto. Pregunte formalmente si el colegio tiene
un Plan de Gestión de Riesgos que cubra terrorismo y otras amenazas.
6. En sitios de afluencia masiva de
personas (estadios, cines, iglesias, centros comerciales, medios de transporte
público): al entrar tómese algunos segundos para verificar la
entrada, rutas de salida centrales y alternas (especialmente la más cercana a
usted) la localización de los servicios de baños, cafetería y de urgencias y
los extintores. Este repaso le tomará poco tiempo y le permitirá actuar de una
manera más eficaz en caso de emergencia. Si va en grupo siempre acuerde un
punto de encuentro interno y otro externo: Si se separa acuda primero al
interno y luego al externo. En emergencias no utilice los ascensores. Si es en
supermercados o grandes almacenes, deje todos los artículos en un carrito de
transporte, los vigilantes no le permitirán sacarlos.
7. Coordínese con las autoridades: otra
falsa creencia afirma que la seguridad es asunto de la policía, de los
militares o del departamento de seguridad de su empresa. Sí, es problema de
ellos, pero no sólo de ellos: usted, su familia, su trabajo, su negocio y su
calidad de vida también son los objetivos de los terroristas. Especialmente
porque los ciudadanos comunes no están armados y tiene menos opciones para
defenderse de la cobardía y estupidez de las armas. No se trata entonces de
tomar la vía armada ilegal y empeorar el problema, sino de entrar en contacto
con las autoridades de seguridad de su localidad, conocer sus planes,
participar en ellos, complementarlos y liderarlos en su comunidad. Lo que está
en juego es su vida, la de su familia, sus bienes y su futuro, y por lo mismo
también suya es la responsabilidad.
Tal
vez algunas de sus experiencias anteriores al solicitar la acción de las
autoridades no hayan sido las mejores, y su confianza actual frente a ellas no
es muy sólida. Pero siguen siendo un recurso de protección a la mano, y además
legítimo, que por otra parte usted paga con sus impuestos. No le están haciendo
un favor, sino que tienen la obligación de cumplir con su deber. Conozca y use
sus derechos. Participe con sus críticas
constructivas y propuestas en el mejoramiento de la capacidad de las
autoridades. En todo caso, no permita que el delincuente se cuele por las
fisuras de desconocimiento o desconfianza entre su comunidad y sus autoridades.
8. Elabore y aplique su plan de
emergencias: el momento de la emergencia es el peor para
aprender a evacuar, a prestar primeros auxilios o a apagar un incendio. Exija
desde ya a su empleador, a su Aseguradora de Riesgos Profesionales, a su
entidad educativa, a su Junta de Acción Comunal, la administración de su
edificio o conjunto residencial, al Comité de Emergencias de su Localidad, a su
Alcaldía Local o los grupos de Defensa o
Protección Civil y Bomberos, planes de educación y simulacros de estos temas.
Esos conocimientos y habilidades no se pueden improvisar, forzosamente deben practicarse regularmente. Y no sólo le van a servir para responder con
más posibilidad de éxito a un atentado terrorista, sino para preservar la vida
en general : cuando suframos un terremoto, su hijo se caiga de la bicicleta, se incendie su casa, Usted
tenga un accidente o cualquier evento adverso.
Tenga
cuidado con los “expertos “y “especialistas” que surgen de la nada y
estructuran planes de emergencia, contingencia y evacuación sin tener en cuenta
procesos y en cuestión de horas. Un simulacro no se puede montar en un momento,
sin tener muy en cuenta a los protagonistas no experimentados de una posible
emergencia (trabajadores, visitantes, transeúntes).
9. Tome un seguro contra atentados
terroristas: exija a la empresa aseguradora claridad
escrita sobre lo que está protegiendo, costo, asesoría especializada para la
reducción del riesgo, forma y tiempo de cobro del seguro, deducibles y
renovación de las pólizas . Aunque no está evitando el atentado, es una ayuda
para recuperar su normalidad más fácilmente.
10. Verifique la capacidad profesional de
su empresa de seguridad: la simple presencia de guardias
uniformados y procedimientos de seguridad no la garantiza. Muchos vigilantes no
están entrenados para saber qué buscan en la requisa de un bolso o la revisión
de un vehículo, no reconocen un artefacto explosivo ni saben qué hacer al
respecto. La mayoría de los protocolos privados de vigilancia y supervisión de
esa vigilancia poseen graves fallas, fisuras y fugas. Exíjale a su contratista
de seguridad demostración regular de sus capacidades profesionales y las del personal asignado a
usted, y examínelas de vez en cuando con simulacros y pruebas prácticas.
Importante: Rompa la monotonía, varíe en plazos irregulares las rutinas de
vigilancia y compruebe la seguridad y eficacia bajo presión de los sistemas de
comunicaciones.
11. Parqueaderos: son un
lugar de gran vulnerabilidad, y por eso
exigen mayor control. Procure que
en los alrededores de la zona que quiere proteger no se ubiquen bahías de
parqueo público. Los vehículos del personal de confianza deben ubicarse más
cerca de las áreas a proteger, y aleje
las áreas de parqueo con altos niveles de rotación (visitantes,
clientes, proveedores, público en general). Coloque cámaras de seguridad en la
entrada del parqueadero, en la salida peatonal y en los sitios de pago.
12. Proveedores y servicios: antes
del ingreso de un carro de un proveedor o un prestador de servicios requíselo,
verifique la veracidad del servicio y la identificación del trabajador que lo
presta. En caso de duda llame y verifique
13. Si utiliza perros para detección de
explosivos: son un excelente recurso, pero muchos contratistas
privados de este servicio no lo prestan correctamente: sus animales y
manejadores no están bien seleccionados, socializados ni entrenados, los usan
mal, los rotan sin justificación y especialmente, los perros están mal alimentados,
maltratados, malcuidados, sus lugares de descanso son inadecuados y les exigen
jornadas laborales absurdamente largas o en condiciones de temperatura y estrés
inaceptables, todo lo cual anula su capacidad: parecen buscar, pero
difícilmente encontrarán algo, como varios tristes eventos lo han demostrado.
Antes de contratar exija al contratista que le muestre el trabajo y las
condiciones de sus perros con al menos otros tres clientes y compruebe esas
condiciones. Para proteger su inversión especifique en el contrato cuáles
parejas hombre-perro le prestarán el servicio, examínelos en acción en sus
instalaciones, aclare cómo se cubrirán los cuidados veterinarios y los aspectos
sanitarios de la presencia de los animales en sus instalaciones, garantice que
cada perro contará con una perrera tranquila, aireada, sin humedad o
temperaturas extremas para descansar (no al sol directo ni exposición al humo
de los vehículos en un garaje que inhibe su olfato). Cada animal debe rotar en
jornadas de máximo 1 hora de trabajo por mínimo 1hora de descanso, hasta un
máximo de tres rotaciones, luego de las cuales deberá comer y descansar al
menos por cinco horas hasta un nuevo ciclo de trabajo. Para mejorar
drásticamente el desempeño de los perros, éstos deben disponer permanentemente
de agua limpia y fresca, el lugar de trabajo debe estar a la sombra y los
vehículos deben estar apagados cuando son revisados por el perro. El uso de la
mayoría de modelos de Bozal, además de innecesario si el perro y su manejador
están realmente entrenados, reduce drásticamente la capacidad de detección de
explosivos.
Como
el acceso a las muestras reales de explosivos para que los canes practiquen y
mantengan su confiabilidad no es fácil para las empresas privadas de seguridad,
pregúntele al contratista como resolverá esa dificultad, y muy especialmente
pídale que se ,o demuestre en la práctica. Coordine con sus autoridades locales
de seguridad la revisión práctica regular de la capacidad de los perros, usando
muestras de explosivos reales.
14. Respecto a la seguridad electrónica: el talón
de Aquiles de este recurso es el deficiente conocimiento, mantenimiento y
manejo de los equipos, que lleva a su desaprovechamiento, subutilización, daño
o peor, la falsa recepción de seguridad. Si considera esa inversión exija al
vendedor un entrenamiento completo para su cuidado y manejo, instrucciones
escritas en castellano y servicio de
post- venta para repuestos y refracciones. Prevea un programa y un presupuesto
regular para mantenimiento preventivo, asegúrese de que el personal nuevo sea
entrenado, disponga de un sistema alterno
de energía para evitar que una falla en el fluido electrónico inutilice
los sistemas y realice pruebas sorpresa de la operatividad de los equipos.
15. Aplique el principio de redundancia en
la seguridad: ninguna medida de seguridad (alarmas,
barreras, blindajes, vigilancia humana canina o electrónica, inteligencia,
esquemas) es suficiente por sí sola. Todas tienen algún margen de error y
vulnerabilidad, así que es conveniente contar con al menos dos de ellas o
cruzar unas con otras para dificultar que la agresión se concrete o logre hacer
daño.
16. Verifique la seguridad de las vías y
lugares de evacuación: garantice permanentemente que sean
suficientes y estén despejadas, iluminadas, señalizadas con superficies antideslizantes y pasamanos,
protegidas contra el fuego y el humo, y de la caída de vidrios, escombros,
ladrillos, tejas, materas, armarios archivos, vitrinas, bibliotecas, estanterías,
cuadros, muebles, extintores y todo
objeto que no esté fijado o empotrado . Una práctica muy común es la de
colocar cintas pegantes anchas en cruz
sobre los ventanales, con el fin de evitar que fragmentos de éstos hieran a las personas en caso de un
explosión.
Cuidado: esto
solo logra que las astillas sean más pequeñas, pero igual causarán lesiones. La
única protección real a este respecto la ofrecen los blindajes. En segundo
término, existen películas antiastillantes de silicona diseñadas para este
propósito, que deben cubrir toda la superficie del vidrio. Por lo general no
impiden su rotura pero si disminuyen la cantidad de fragmentos despedidos.
Igualmente ofrecen alguna protección contra robos en edificaciones y vehículos.
Tenga
en cuenta que dependiendo del tipo de amenaza y su ubicación (correspondencia,
vehículo, etc.), las vías de evacuación y los sitios de encuentro pueden
variar. Verifique bien que tipo de amenaza es y verifique si el sitio y las
rutas de evacuación son seguros, si no tiene certeza tome las opciones alternas
o pida instrucciones adicionales. Siempre es pertinente preguntar.
17. Chequee sus sistemas de contraincendio: los
incendios están entre los efectos secundarios más perjudiciales de las
explosiones. De manera que para reducir las pérdidas es importante que sus
sistemas de contraincendio (no solo los de minitoreo y alarma sino
especialmente los de combate, particularmente los automáticos), estén siempre
en óptimas condiciones de operación. Reduzca la vulnerabilidad de las redes
hidráulicas y los equipos mismos ante los atentados y establezca un programa de
prueba y mantenimiento preventivo.
18. Practique el plan de contingencia
contra terrorismo: mejórelo, enriquézcalo con la colaboración
activa de todos ¿Cómo va a proteger al personal?, ¿quiénes necesitan atención
especial? (niños, ancianos, mujeres embarazadas, personas discapacitadas).
¿Cómo y a dónde va a llevar a los heridos, cómo va a enfrentar las
consecuencias de un atentado o cualquier situación de peligro?, ¿cuáles bienes
y recursos de su negocio debe proteger prioritariamente? Organizarse
previamente, revisar y practicar el plan regularmente le da ventajas y
claramente puede significar salvar su vida y la de sus allegados, así como
reducir pérdidas en sus bienes.
Recuerde
definir y demarcar áreas y rutas de evacuación, zonas seguras, helipuertos,
etc. Lleve siempre consigo sus documentos de identidad, información médica
relevante, grupo y factor Rh sanguíneo, alergias, nombres y teléfonos de
allegados. Mantenga una carpeta en un sitio seguro (al alcance del jefe de
seguridad, pero no de cualquier persona), con copias de documentos importantes,
pólizas de seguros, listado del personal sus números telefónicos y contactos.
19. Colabore con las medidas de seguridad: déjese requisar, a
sus objetos y a su vehículo. Incomodarse y protestar no le servirá de nada, lo
retardarán más, nadie está ofendiendo y su imagen de persona decente no es una
garantía para nadie: los delincuentes más hábiles parecen gente amable y
respetable. Son algunos minutos de demora, pero mejorarán su inseguridad.
20. Verifique antecedentes de su personal: discreta
y respetuosamente fíjese en cambios de actitud, inconsistencias entre su
capacidad adquisitiva y sus gastos, presencia o interés en lugares y
actividades no habituales. Convierta la seguridad en un compromiso general,
estimule y facilite que todas puedan acercarse e informarle, y acuerde con las
autoridades métodos de reporte y seguimiento de situaciones sospechosas.
21. Una alerta temprana: usted es
quien puede avisar oportunamente si observa una ligera columna de humo tipo
cigarrillo, en un automóvil cerrado, un vehículo que esté vacío pero parezca
cargado porque su amortiguación está baja o desequilibrada hacia adelante,
atrás o a un lado. Una persona que deja un paquete, estaciona un carro, una
motocicleta o una bicicleta y se aleja a pie o en cualquier vehículo, notar si
en un lugar público alguien deja olvidado un paquete o un maletín (no lo toque,
llámele la atención a quien lo deja: si este no responde, informe inmediatamente
al responsable del lugar),en fin, usted puede hacer la diferencia con solo
estar alerta.
22. Si es una alerta de bomba: tome
toda alerta o llamada de aviso de bomba como cierta y actúe en consecuencia,
sea ésta dada por un anónimo o un ente oficial. Aléjese rápido pero en calma
del lugar, sin sobresaltos, alerte pausadamente a sus compañeros, trate de
cumplir el plan establecido y de aviso a los cuerpos de seguridad, abra puertas
y ventanas para que la onda de presión pase sin encontrar resistencia; pero
cierre las cortinas para que éstas lo protejan de vidrios y fragmentos, corte
los servicios de gas y luz. No se acerque al artefacto sospechoso por ningún
motivo. No mire hacia el lugar, menos desde ventanales.
23. Si es una amenaza telefónica: un identificador
de llamadas es una inversión sencilla que le ayudará a neutralizar falsas
amenazas y judicializar a los responsables da las reales. Al recibir la llamada
hable despacio y tranquilamente, grabe discretamente o escriba detalladamente
toda la conversación, pida cortésmente y varias veces que le repitan la
información, pregunte quien y de donde llama, no se intimide ni responda ante
insultos, registre datos colaterales como si el que habla es hombre o mujer,
acento, modismos, probable edad, nivel educativo, ruidos de fondo y otros que sirvan para identificar a la
persona o el lugar de origen de la llamada. No termine la conversación hasta
que su interlocutor lo haga, prolóngela lo más posible. Apenas termine la
llamada pase la información al responsable
de seguridad de su entidad, o en su defecto a las autoridades, y active el plan
de contingencia contra atentados terroristas.
24. Si es una carta o paquete de correo: es
sospechoso si no tiene remitente, tiene errores de ortografía, está dirigido a
la entidad o a una de sus divisiones, pero sin el nombre de la persona
responsable o está equivocado, posee demasiadas o pocas estampillas o éstas no
están selladas, está excesivamente empacado, pesa más de lo normal, suena,
expide olor o calor, el empaque está húmedo o manchado, se notan partes
metálicas o polvos inusuales, aparece sin que nadie de razón de él o quien lo
entrega ignora quién lo envía o quiere irse rápidamente. Si el paquete
simplemente aparece sin explicación no lo toque, sacuda ni abra (una simple
carta o un empaque de una institución reconocida también pueden ser
peligrosos). Déjelo donde está, ordene la salida inmediata de todos los
presentes en el recinto, reporte al responsable de seguridad o en su defecto a
las autoridades, active el plan de contingencia contra los atentados
terroristas, cubra el objeto con una mata o caneca antiexplosivas sin tocarlo,
retírese y cierre la puerta.
25. Ante amenazas químicas y biológicas: mantenga
las precauciones del anterior punto. No sobra que el personal de recepción de
correspondencia use guantes de látex, monogafas, tapabocas desechables (hay
máscaras, más eficientes, averigüe con los proveedores) y bata. La zona de
revisión de correspondencia debe tener su propio y separado flujo de aire; si hay
dudas se debe apagar de inmediato la ventilación conectada con el edificio para
evitar la contaminación. De sospecharse la recepción de un envío contaminado,
quien ha entrado en contacto con él debe despojarse ahí mismo de su ropa (o al
menos de la bata, depende del nivel de peligrosidad del agente contaminante),
que dejará en el mismo lugar en el que tocó el envío sospechoso, bañarse
inmediatamente en otro lugar con abundante agua y jabón, vestirse con una muda
completa (incluyendo calzado), prevista para el efecto y ser remitido a
revisión médica. Si se produce un escape de gas como cloro (como viene en
líquido a alta presión se fuga en forma de gas) u otra sustancia, ubíquese de
manera que el viento se lleve la nube tóxica sin que usted se exponga. Si la
fuga es en un espacio cerrado abra ventanas y apague los equipos de aire
acondicionado o ventilación forzada, evacue la zona de inmediato y en orden
tapándose boca y nariz con un pañuelo húmedo. La mayoría de agentes lesivos no actúan inmediatamente, así que es
importante definir el seguimiento médico posterior.
26. Si debe evacuar la construcción: confirme
telefónicamente a números reconocidos la autenticidad de las autoridades que le
ordenen dejarles entrar al edificio o evacuar. Prevea un grupo de avanzada
rápida de seguridad para verificar que los lugares de evacuación están
asegurados (sin personas u objetos sospechosos o peligrosos para quienes
llegarán allí) y así poder ordenar la evacuación. Mantenga esas condiciones de
seguridad mientras el personal esté en el área de evacuación.
27.Si la explosión es inminente: no
corra, no camine de pie, no importa donde esté arrójese de inmediato al piso
boca abajo, arrástrese alejándose del objeto sospechoso o moviéndose hacia un
lugar seguro próximo, cara al suelo, piernas juntas y los pies igualmente
tocando el piso con la punta y manteniendo los mismos con una inclinación
ascendente, estire los brazos hacia delante de la cabeza y manténgala recta
entre los brazos, y lo más importante, abra la boca, cierre los ojos (es una
técnica de autoprotección, el estar lo más pegado al piso evita daños mayores,
la onda explosiva ingresará por los pies y subirá por éstos porque es aire a
presión que se comporta como un fluido, igualmente es posible que penetre por
el ano y por ello la boca debe estar abierta). Igualmente, dependiendo del
explosivo utilizando y la cantidad, el tipo de daños y lesiones puede variar,
recordemos que generalmente en la cercanías de la explosión se produce una alta
temperatura que origina incendios post-impacto.
28. Si la explosión lo sorprende: inmediatamente
póngase a salvo de la caída de escombros, tírese al piso y proteja su cabeza
(así ofrece la menor superficie de cuerpo y cabeza a las esquirlas y los trozos
de metal y material expulsado, ubique un dispositivo contra incendios y esté
alerta para usarlo. De ser posible, protégase en los lugares escogidos para
este fin en el plan de contingencia y cúbrase de la caída de vidrios y objetos.
Sepárese de ventanales, camisas y elementos inestables o colgantes que puedan
caerle encima.
29. Ante todo cálmese: suena
difícil pero la situación ya es muy dura para empeorarla con gritos, pánico,
carreras y descontrol, que son poco necesarios pero sí contagiosos si usted les
da la oportunidad. Déjelos para las películas y las telenovelas. Aplique el
plan de contingencia.
30. Evalúe la situación: ¿cómo
están usted y los demás?, ¿qué está pasando a su alrededor? Pase lista. Si hay
heridos detenga las hemorragias aplicando un apósito (pañuelo, gasa o tela limpia),
sin tocar directamente la sangre del paciente; si la persona no respira
despéjele la boca de objetos y póngale la cabeza de lado muy lentamente y con
delicadeza: la no respiración y las hemorragias son lo más grave y deben en lo
posible tratar de hacer algo como lo indicado; si usted no está entrenado en
primeros auxilios, no mueva a las personas que no puedan hacerlo por sí mismas,
ni permita que inexpertos lo hagan a menos que el paciente esté corriendo un
peligro real inmediato como un incendio. No dé líquidos ni alimentos a personas
que no estén plenamente conscientes. Mejor aprenda desde hoy primeros auxilios,
que le van a servir toda la vida y en cualquier momento.
31. Una vez a salvo todo el personal: y
eliminados los peligros eléctricos, de gas, agua y otros, salga del lugar en
orden hacia el punto de reunión exterior o interior. Si alguien no puede ser
movilizado déjelo en compañía de una persona serena y segura, y avise al
persona de bomberos, rescatistas, paramédicos, Policías, etc., describiendo
claramente la situación. No corra. No grite. Respire profundo y lento, con el
estómago. Camine despacio, es más seguro. Pegue una nota en la entrada,
avisando si ya no hay personas adentro, no tranque las puertas, no fume ni
encienda el fuego, cuidado con las fugas de gas, no encienda luces, velas ni
linternas, procure tener linternas selladas antichispas en su botiquín de
emergencia.
32. Aunque es posible que haya robos y
saqueos: la gente suele ser más solidaria y honrada en estas
situaciones, pero esté siempre alerta, la conducta humana puede cambiar.
Recuerde que debe organizarse previamente con las autoridades y la comunidad
vecina para atender emergencias, garantizando que el control lo mantengan
personas conocidas, sin gritos ni conflictos de autoridad. Si usted conserva la
calma es más probable que los demás también lo hagan y la respuesta resulte más
eficiente. Si su comunidad cuenta con un frente de seguridad ciudadana o grupo
de autovigilancia, es bastante menos probable que sufra estos actos o que los
delincuentes se aprovechen de ellos.
33. Siga las instrucciones de las
autoridades y el personal de atención de emergencias: no tome
iniciativas arriesgadas por sí mismo. Si está cargando un herido no corra, si
lo hace lo va a maltratar y perjudicar más. Haga que esté cómodo y tranquilo
mientras lo recogen y durante el desplazamiento al centro de atención médica y
evite comentarios, gritos y conflictos que agraven su condición.
34. Si no puede controlar los nervios u
obedecer las instrucciones: avise a sus allegados y retírese: es
una forma muy útil de ayudar. Si salió de la escena no regrese, si tiene un
familiar extraviado espere unos minutos antes de acudir a las autoridades de
seguridad o emergencia y entrégueles la mejor información posible, generalmente
es a ellos a donde llega la información unificada. Trate de no desplazarse a
estos lugares dado que estarán congestionados, al igual que sus vías de acceso.
Use el teléfono sólo para lo estrictamente necesario, ya que las líneas se necesitan
para comunicaciones urgentes. No congestione el lugar del atentado (tal vez hay
más bombas), las vías ni los hospitales. Permita que las autoridades hagan su
trabajo y que el tránsito pueda fluir.
35. Aunque ya haya sucedido la explosión: de
todas formas mantenga las precauciones de seguridad o si no tiene una función
en el lugar, váyase. Todavía es posible que haya más actos de terrorismo: el
primero puede ser un señuelo para atraer personas y autoridades hacia un
segundo atentado.
36. Lo más pronto posible: dé a los
cuerpos de seguridad la información pertinente que posea para identificar a los
criminales. Todo dato importa, la responsabilidad también es suya y al fin y al
cabo su vida y la de sus seres queridos también está en juego.
37. Si es necesario remitir a un allegado a
un hospital: infórmese de quién lo transporta y a cuál lo llevará.
Si es posible, acompáñelo (una sola persona). Cálmese antes de llamar a la
familia. Usted mismo repórtese a sus parientes, ocupando el teléfono el menor
tiempo posible.
38. Si usted está herido, consciente y anda
con un niño: no permita que lo separen de usted, que lo acompañe en
la ambulancia y permanezcan juntos hasta que un familiar o alguien de su plena
confianza se haga cargo de él.
39. La prensa tiende a exagerar: hablando
de pánico, descontrol, escenas dantescas y sangre, que no son siempre la
realidad. Los periodistas gritan, repiten o recitan expresiones comunes,
incurriendo en muchas precipitaciones, inexactitudes y especulaciones (por
supuesto hay sus excepciones que usted conoce bien, el periodista puede ser su
aliado). No crea todo lo que los comunicadores le dicen, porque ellos no son
expertos en desastres, también están asustados y además obligados a decir
cualquier cosa mientras se está al aire. Algo tiene que ocurrírseles. A pesar
de que lo que narran pueda ser cierto, casi siempre la realidad es otra, menos
dramática. El pánico existe, pero no tiene que presentarse siempre.
40. No propague rumores: no hable
de lo que cree que pasó o va a pasar, sino de lo que le consta que sucedió; no
riegue rumores infundados que deterioran todavía más la salud mental general y
que con frecuencia son difundidos por los mismos terroristas para aumentar el
efecto de su acción (más que la muerte de muchas personas, los terroristas
buscan que muchas personas hablen de su acción).
41. Si cree tener un familiar afectado: por
favor no converja a la escena del atentado y menos en carro pues congestionaría
las vías y contribuiría con su presencia a entorpecer las labores de seguridad
y socorro; si no puede evitar desplazarse procure guardar una distancia
prudente y lejana de la zona de emergencia, llegue caminando, no lo haga en
vehículos que luego no sabrá donde estacionar. Respete los acordonamientos de seguridad hechos por
las autoridades.
42. Después del atentado y en otro lugar: desahóguese,
llore si necesita hacerlo, hable con sus amigos y su familia. Aunque no haya
sido herido es bueno que se haga una revisión médica y psicológica. Atención:
los niños expuestos al evento requieren ambas necesariamente. Si ha perdido un
familiar recuerde que en este momento es cuando más necesitan de usted, tenga
en cuenta que seguirá un proceso duro y por lo tanto es válido buscar ayuda
psicológica, de su familia o de sus amigos o la de su consejero espiritual; no
es un pecado expresar los sentimientos, dejarse ayudar y mantener la fe en sus
creencias religiosas.
43. Una vez controlada la situación, evalúe
sus acciones: junto con las personas y entidades con las
que organizó el plan de contingencia. Seguramente encontrarán cosas para
corregir, pero tenga claras las siguientes premisas: no existe la atención de
emergencias perfecta; aunque se manejen de la forma más profesional, son tan
complejas que siempre contienen errores u otras opciones de respuesta. Aunque
el plan no haya funcionado muy bien, con toda seguridad funcionó mejor que bajo
la ausencia de plan. Critique o cuestione los procedimientos para mejorarlos,
no a las personas que pudieron equivocarse, seguramente con buena fe. Lo que
más necesita en este momento es fortalecer las relaciones humanas y sociales,
no caer en conflictos. Tal vez los terroristas ya destruyeron su vida y bienes,
pero no les ayude ahora a destruir el
tejido social, que en última es el objetivo del terror.
44. Recupere su vida lo más pronto posible: por supuesto que
suena simple y fácil frente a la abrumadora realidad de haber perdido seres
queridos, la salud o los bienes, pero es una salud útil para no naufragar en la
desesperanza, la dependencia de terceros y a la larga reconstruir su
cotidianeidad. Aunque el Estado y la sociedad tienen responsabilidades
indelegables con su recuperación, el doliente directo de la misma es usted y es
usted quien decide si impone o deja que le impongan, cómo recobrará su calidad
de vida.
45. Estudie este documento:
reprodúzcalo, consérvelo en un lugar disponible junto con los planes de
emergencia y contingencia, discútalos todos con las personas cercanas. Léalos
periódicamente, asúmalos y practíquelos en grupo. No se permita pasarlos por
alto, ya que le están dando la oportunidad de reducir su indefensión ante la
cobardía y estupidez ajenas.
Conclusiones
Organícese,
prepárese y prevenga antes de que la realidad lo atropelle; es su mejor
herramienta para protegerse y actuar con calma e inteligencia. Estas
situaciones nos sirven también para que tomemos mejor control sobre nuestras
vidas, nos preparemos para prevenir
otras emergencias y dejar de sorprendernos cada vez que algo sucede. Por
último, insistimos en que nuestra reacción
frente a estos hechos suele ser la de enterrarnos, desconfiar de todo y
de todos y tratar de defendernos aislándonos los unos de los otros. Eso
`precisamente es lo que necesita el criminal para ejecutar su barbarie y
atacarnos individualmente, cuando estamos más débiles.
Por
el contrario, crisis como éstas nos obligan a agruparnos, a desafiar la
indiferencia urbana, a fortalecer nuestro sentido comunitario, a apoyarnos de
forma concreta y cuidarnos las espaldas mutuamente. Así es más difícil que nos
agredan y nos acercamos a la seguridad que parece tan lejana. Aunque esa
seguridad es responsabilidad ineludible del Estado, ningún Estado, por más
recursos bélicos y tecnológicos que
posea, puede garantizarla sin la sólida organización, el permanente apoyo y la
exigencia de eficacia de la comunidad. Usted es parte activa de la comunidad.
Otras
sociedades ya han enfrentado estas amenazas, y las han vencido desde la firme
alianza de las comunidades con sus autoridades, y el empoderamiento de esas
comunidades respecto a su propia seguridad.
Centro de Capacitación y Prevención para el Manejo de Emergencias y Medio Ambiente
SOSVidasPeru
Desde 1990
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