Fíjese si alguien está
herido. Si son heridas menores, trátelas con primeros auxilios. Busque ayuda
médica para las heridas más graves. Brinde toda su cooperación a las autoridades
locales, grupos de Rescate, Bomberos, Cruz Roja etc.
Si es posible, ayude a
encontrar refugio, alimento, ropa, transporte y ayuda médica para las víctimas.
Obedezca los reglamentos de salud implementados para protegerle a usted y a su
comunidad contra enfermedades y epidemias. Siga las normas de seguridad y
preparación de alimentos y agua.
A menos de que sea una
emergencia, no use el teléfono, pues solamente logrará obstruir las líneas
telefónicas. Las líneas telefónicas no están equipadas para manejar el inmenso
volumen de llamadas después de un desastre. Use el teléfono solamente para
emergencias. Escuche una emisora local para obtener la información más reciente
sobre el desastre.
Notifique a sus familiares
que está en un lugar seguro. Las autoridades locales pueden perder tiempo en su
búsqueda si usted no les avisa que está bien. Puede ser más fácil hacer una
llamada telefónica fuera del área del desastre. Si es posible, tenga un
contacto fuera del estado alguien que pueda llamar a sus familiares y amigos en
otras partes del país. Esto ayuda a que las líneas telefónicas en el área
afectada no se inunden de llamadas.
Tu
empresa puede ayudar después de un DESASTRE
Antes de que desperdicies
recursos sin un objetivo definido, aquí hay 8 maneras en las que puedes
optimizar la ayuda que proporcionas:
01/
Donaciones en efectivo.
El dinero captado se destina a la atención de la emergencia,
así como en la reconstrucción de hogares, escuelas y centros de salud. La
alternativa más directa es donar dinero en la Cruz Roja. Al donar a la Cruz
Roja (y otras instituciones autorizadas).
Existen otras asociaciones
civiles y no gubernamentales, que están en sitio y listas para trabajar, tal es
el caso de OXFAM UNICEF, etc. También consulta con hospitales, iglesias y
albergues de animales para ver si puedes ayudarlos directamente.
02/
Da tiempo libre para ayudar.
¿Tu negocio está bien y
cerca de la zona de desastre? Tienes que facilitarle a tus colaboradores días
extras para que apoyen en las tareas de rescate y reconstrucción, ya sea como
voluntari@s, compartiendo información, dando albergue, etc. Se necesitan muchas
manos para limpiar después de un terremoto, huracán o una inundación masiva.
03/
Sigue pagando sueldos a emplead@s afectad@s.
Cuando las oficinas y/o
emplead@s resultan afectad@s por los desastres naturales, las personas no
pueden trabajar, ni los negocios funcionan. Sin productividad resulta difícil
–mas no imposible- pagar sueldos, pero debes hacer todo lo posible para
lograrlo. ¿No es económicamente factible? Considera pedirles a las personas en
otras sedes que sean solidari@s y donen un poco de dinero a sus compañer@s de
trabajo. Nunca se sabe quién podría necesitar ese apoyo en un futuro.
04/
Donaciones en especie (pero del tipo correcto).
Antes de empezar a
recolectar cosas redundantes, comprueba qué se requiere exactamente y dónde se
precisan con urgencia. A menudo, las donaciones no deseadas saturan los centros
de acopio y terminan en la basura. Es mejor investigar si necesitan
medicamentos intravenosos, escaleras, lámparas, pilas, impermeables, sierras
eléctricas, suministros de higiene, pañales, fórmula, etc.
Donar víveres y ropa suena
muy bonito, sin embargo, siempre será mejor recaudar fondos y enviar el dinero
a organizaciones no gubernamentales especializadas en desastres.
05/
Organiza una campaña de donación de sangre.
Independientemente de que
vivas o no en una zona impactada por algún desastre natural, la sangre siempre
se necesita; impulsa la cultura de la donación de sangre entre tus
colaboradores.
06/
Ofrece conexión Wi-Fi o carga de dispositivos de forma gratuita.
Si, efectivamente, estás
en una zona afectada, y tu negocio está bien, abre tu red Wi-Fi y permite que
quienes ayudan en las labores de rescate carguen sus dispositivos. Somos una
sociedad dependiente del Internet, y tener la capacidad de cargar el smartphone,
no es poca cosa.
07/
Infórmate sobre daños emocionales y cómo tratarlos.
Tan importante como la
salud del cuerpo es la salud mental. Si tus colaboradores o sus familiares, se
sienten muy afectados por la experiencia, contáctal@s con personas dispuestas a
dar atención psicológica y contención emocional.
El apoyo debe ser continuo
y a largo plazo. De esta manera, estarás ayudando a construir una sociedad más
resiliente ante los desastres. A través de un seguimiento oportuno, tendrán
mayor capacidad de aguante, de resistir, de sobreponerse. Infórmate, hay
cientos de organizaciones que pueden orientar a tu empresa.
08/
La cultura de prevención y alivio de desastres debe formar parte de la misión
de tu organización.
No podemos evitar los
embates cada vez mayores de la fuerza de la naturaleza. La alerta nunca se
desvanece pues siempre habrá un próximo huayco, un volcán con repunte de
actividad, o un terremoto latente. Lo que sí podemos hacer es tener
infraestructura construida capaz de aguantar más, así como aumentar la
capacidad de respuesta ante una situación de desastre. Así que en lugar de solo
tomar medidas de reparación después de la calamidad, es indispensable
implementar políticas de prevención a largo plazo y planes de contingencia
integrales. Sé proactiv@.
Si ya estás apoyando, ¡gracias! La ayuda nunca sobra y
siempre es meritoria. No obstante, hay que repensar cómo distribuirla
adecuadamente y cuándo es mejor hacerlo. Las grandes compañías deben invertir
esfuerzos más allá de la emergencia y la euforia, puesto que estos deberán ser
continuos y duraderos. Porque esta desafortunada situación durará meses y es
necesario un compromiso serio con la reconstrucción de las zonas afectadas.
Centro de Capacitación y Prevención para el Manejo de Emergencias y Medio
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