miércoles, 29 de agosto de 2018

Los desastres son nuestros NO de la Naturaleza



El impacto de los desastres es variado: daños a la infraestructura económica y social, alteraciones ambientales, etc. Más aún, el desastre, aunque se concentre en un punto geográfico determinado, por efectos irradiatorios afecta las condiciones nacionales de vida en asuntos como las migraciones, la proliferación de vectores y epidemias, mermas en el comercio nacional e internacional, etc.


Desastre y Vulnerabilidad

El desastre es un fenómeno social, no es la ocurrencia del hecho meteorológico, sísmico o inundaciones etc., sino el impacto de ese hecho en una comunidad o sociedad. Más aún, el desastre es una manifestación de fallas en el sistema social
para proteger a las personas ante consecuencias de fenómenos naturales.

Cuanto más pobre es una región, mayor es el impacto del fenómeno natural y la posibilidad de que este se convierta en desastre. Además de que la pobreza aumenta la probabilidad de desastres, los desastres contribuyen a hacer más subdesarrollado el subdesarrollo. La vulnerabilidad es la probabilidad de que una comunidad expuesta a una amenaza natural, según el grado de fragilidad de sus elementos, pueda sufrir daños humanos y materiales. Los desastres son evitables con las políticas públicas adecuadas para reducir la vulnerabilidad de las sociedades.




Impacto y Respuesta en la Sociedad

Las primeras crónicas de desastres datan del siglo XVI y desde ese momento, la forma en que la población y las autoridades han actuado frente a las emergencias ha entrañado una combinación de improvisada generosidad con abusos oportunistas. Ocurría un desastre importante y sus efectos se iban olvidando con el paso de los años hasta que nuevamente la naturaleza mostraba su cara tenebrosa y la gente se veía obligada a sumergirse en la acción, como si las actividades meramente físicas de desenterrar de entre los escombros a muertos y heridos, ayudar a los vecinos a reconstruir y plantar de nuevo los campos, pudieran suavizar el hecho de que sería cuestión de tiempo hasta que la adversidad llamara a la puerta y hubiera que enfrentar un próximo desastre.


La realidad muestra que esta era la manera como se manejan los desastres en nuestra región. La mayor parte de las veces el socorro se presta con mucha generosidad y solidaridad, pero adoptando medidas improvisadas y poco coordinadas, con lo que se presentan problemas de competencia entre sectores y adicionalmente una respuesta internacional de ayuda que no es la más apropiada técnicamente o la más sensible culturalmente.


Esta respuesta o fase de socorro que incluye la rehabilitación y reconstrucción inmediata, cada vez se hace más frecuente y más compleja debido al crecimiento de la población expuesta al riesgo y a la dependencia en aumento de la sociedad respecto a servicios indispensables como agua, electricidad, comunicaciones, carreteras y puertos así como la necesidad de organizarse con el fin de responder mejor a los diferentes problemas que generalmente acompañan a un desastre, es decir: rescatar a los sobrevivientes, atender a los heridos, apagar los incendios y controlar los escapes de sustancias peligrosas, brindar albergue, agua y alimentación a los damnificados, evacuar a las personas a lugares más seguros, establecer comunicaciones, resguardar la seguridad y el orden público, e identificar y disponer de los cadáveres, entre otros.

La fase de respuesta es compleja, porque además de la gran cantidad de entidades que participan, el problema mayor radica en la toma de decisiones sin medir sus repercusiones.

Se complica aún más si se pretende tomar decisiones y dirigir las operaciones sin conocer siquiera su funcionamiento en condiciones normales en lugar de coordinar los esfuerzos de los actores locales.



Vulnerabilidad Social y La Variable Riesgo

Un criterio, bastante generalizado en las ciencias sociales, es que un fenómeno natural alcanza la categoría de desastres cuando es conjugado con determinadas condiciones sociales en este sentido, el desastre es un fenómeno social, no la ocurrencia del hecho meteorológico, sísmico o volcánico, sino el impacto de ese hecho en una comunidad o sociedad, o sea cuando golpea de tal forma al sistema social que afecta la capacidad de éste para manejarlo y recuperarse , afectando en grado sumo a las personas, sus bienes y los recursos de la comunidad.


Vivimos en un mundo complejo tanto por las relaciones de los hombres entre sí, como por las relaciones de los hombres con la naturaleza sumada a la problemática asociada a la conservación del medioambiente.


De ahí que, asociado a la problemática de los desastres, hay que plantearse la vulnerabilidad del sistema social a la ocurrencia de desastres. Por consiguiente, en sentido general, la vulnerabilidad es la probabilidad de que una comunidad expuesta a una amenaza natural, según el grado de fragilidad de sus elementos, pueda sufrir daños humanos y materiales.


Podemos decir entonces que los desastres son evitables con las políticas públicas adecuadas para reducir la vulnerabilidad de las sociedades. Altos niveles de educación, salud y organización comunal, sistemas de alerta, de prevención y de asistencia ante amenazas naturales, constituyen la clave del éxito.


En todos los tiempos y culturas el ser humano generalmente ha tenido una actitud pasiva y facilista o ignorante frente a las dinámicas del medio ambiente. Aún está profundamente arraigado el considerar las manifestaciones violentas de la naturaleza como designios de Dios o asuntos ineludibles de la naturaleza misma.


Es común que ello se exprese en actitudes fatalistas, de resignación y postración, o simplemente de rechazo frente a un tema en el cual el bienestar o incluso la vida están comprometidos en un futuro incierto.



Planificar y proyectar con la variable riesgo incorporándola en los Proyectos de Inversión Pública y Privada a nivel Regional, Provincial y Distrital es, fundamentalmente (y el término mismo lo implica) un proceso de toma de decisiones técnicas y políticas frente a riesgos ocasionados por peligros naturales, socio naturales y antrópicos que afectan negativamente el capital productivo como producción agrícola, instalaciones industriales; la infraestructura económica como puentes, carreteras, energía; y la infraestructura social como vivienda , servicios básicos de salud, educación y agua potable. Todo ello tiene un impacto negativo en las condiciones de vida de la población, no solo en el corto plazo sino también en el mediano y largo plazo, en términos de crecimiento económico.


Cada vez más, se espera un estrecho compromiso entre la búsqueda de mejor calidad de vida, de opciones de desarrollo y de la menor influencia adversa sobre el medio ambiente, lo que conduce a la necesidad de entender la complejidad de la Gestión del Riesgo de Desastres, tratando sus diversas facetas: culturales, históricas, antropológicas, científico-naturales, técnicas, económicas, psicológicos, entre otras.



Hay que pensar más en la responsabilidad que tenemos frente a la sociedad y con la naturaleza, siempre dinámica y actuante según leyes naturales y que a veces se nos olvidan. Junio del 2008.





“La educación tiene importancia y prioridad, porque si el hombre no adquiere, desarrolla y manifiesta conciencia, conocimientos, comportamientos, actitudes y participación en cuanto a los riesgos de desastres, no será capaz de prevenirlos. Es importante lograr que la educación contribuya y facilite el logro de una cultura de prevención, y que la población y las comunidades se preparen y actúen frente a los desastres.” Mg Zonia Luz Reyes Flores Universidad Nacional de Trujillo Facultad de Educación y Ciencias de la Comunicación, Doctorando en Ciencias Ambientales.


Centro de Capacitación y Prevención para el Manejo de Emergencias y Medio 
Ambiente  SOSVidasPeru Desde 1990 prevencionpe@yahoo.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario

“De las palabras a la acción” en la gestión del riesgo de desastres y la acción humanitaria

DE LAS PALABRAS A LA ACCIÓN Las organizaciones de ayuda humanitaria en América Latina y el Caribe tienen una larga y valiosa experi...