lunes, 26 de noviembre de 2018

¿QUÉ HACER EN CASO DE SISMO?



Ya que hasta ahora no existe ninguna manera de saber cuándo ocurrirá un sismo, lo mejor que podemos hacer es informarnos y prepararnos para actuar de la mejor manera cuando se produzca el próximo sismo.Preparación, Capacitación y Entrenamiento constante en tu vida diaria y en tu entorno familiar, laboral son principios básicos para tu seguridad en caso de desastres, recuerda los desastres NO SON naturales. Comparte y difunde este mensaje en tus redes sociales

Instituciones internacionales como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA), la Agencia Meteorológica de Japón, la Campaña “Bogotá, con los pies en la tierra”, la Agencia para el Manejo de Emergencias de California y otras aconsejan las siguientes medidas para prevenir y disminuir los daños causados por un sismo.

ANTES

1.    En su hogar, determine los objetos que puedan convertirse en un peligro durante un terremoto, como, por ejemplo, cuadros, espejos, lámparas, macetas colgantes, etc. y reubíquelos o asegúrelos de manera que no puedan caerle encima de ocurrir un sismo.

2.    Practique simulacros de terremoto. Con anticipación, cada miembro de su familia, oficina o escuela debería saber dónde colocarse en caso de sismo; por ejemplo, debajo de un escritorio o una mesa fuerte.

3.    Conozca dónde y cómo cerrar el paso de la electricidad, el gas y el agua en los interruptores y tomas principales.

4.    Acuerde un teléfono de contacto fuera de la ciudad al cual los miembros de su familia puedan llamar para hacerles saber a los demás que están bien.

5.    Mantenga una reserva de alimentos no perecibles y agua potable para al menos 3 días.

KIT DE EMERGENCIA:
Acostúmbrese a tener a mano una mochila con:
- Radio portátil
- Linterna con pilas
- Botiquín de primeros auxilios
- Agua embotellada
- Alimentos enlatados y granos secos
- Abrelatas - Una copia de sus documentos personales
- Pito
- Lista de teléfonos de emergencia



DURANTE

En lo posible manténgase tranquilo y permanezca en el interior mientras dure el terremoto.
1.    ¡Échese al piso, cúbrase y agárrese! Dé solo los pasos que le permitan colocarse debajo de un lugar seguro, como un escritorio o una mesa resistente. Una vez allí agárrese con ambas manos de una pata.

2.    Manténgase alejado de ventanas, vidrios, espejos, puertas exteriores o paredes y de todo lo que pueda caerle como lámparas y muebles.

3.    Si no hay una mesa o escritorio cerca de usted, cúbrase la cara y la cabeza con sus brazos y agáchese lejos de ventanas y estanterías.

4.    Si usted está en…

·          La calle: aléjese los postes y los cables eléctricos.
·         Un edificio: Métase debajo de una mesa o escritorio, alejado de ventanas y paredes exteriores. Permanezca allí hasta que haya pasado el movimiento. NO use los ascensores.
·         El interior de un lugar concurrido como un restaurante o un cine: Quédese donde esté. No corra hacia las puertas. Aléjese de las repisas que contengan objetos que puedan caerle.
·         Un carro en movimiento: Pare tan rápido como sea posible y quédese dentro del vehículo hasta que pase el temblor. Evite detenerse cerca o debajo de edificios, árboles, puentes o cables eléctricos. Luego, proceda cautelosamente, observando la carretera y los puentes para ver si tienen daños. Si tiene que salir, esté pendiente de objetos que caigan, cables eléctricos caídos y paredes, puentes, etc.



DESPUES
1. Si queda atrapado en los escombros:
• No encienda fuego.
• Trate de no moverse ni levantar polvo.
• Cúbrase la boca con un pañuelo o con su ropa.
• Dé golpes en un tubo o la pared para que los rescatadores puedan encontrarlo. Use un pito, si tiene uno. Grite sólo como último recurso, ya que al hacerlo podría tragar cantidades peligrosas de polvo.

2. Sepa que después de un terremoto, vendrán réplicas. Si el lugar donde se encontraba fue afectado por el primer temblor, evite volver a él. Estas réplicas por lo general son menos violentas que el terremoto principal, pero suficientemente fuertes para causar daños adicionales a estructuras debilitadas.

3. Verifique si hay lesiones. No intente mover a las personas que estén seriamente lesionadas, a menos que estén en peligro inmediato de muerte o nuevas lesiones. Si tiene que mover a una persona inconsciente, estabilice primero el cuello y la espalda, y luego pida ayuda inmediatamente. Si la víctima no está respirando, coloque cuidadosamente a la víctima en posición para administrarle resucitación de boca a boca.

4. Mantenga la temperatura del cuerpo de la persona lesionada con una frazada, pero asegúrese de que no se caliente demasiado.

5. Nunca dé líquidos a una persona inconsciente.

6. Si la luz se corta, use linternas de batería. No use velas ni fósforos en el interior después de un terremoto, ya que puede haber fugas de gas.

7. Inspeccione su hogar para ver si hay daños estructurales. Si tiene dudas acerca de la seguridad, haga que un ingeniero civil inspeccione su casa antes de regresar.

8. Limpie el suelo de medicinas, blanqueadores, gasolina y otros líquidos inflamables derramados. Si se detectan vapores de gasolina y el edificio no está bien ventilado, salga inmediatamente. Si siente olor a gas o escucha un sonido de silbido o soplido, abra una ventana y salga.

9. Corte la corriente eléctrica, si sabe o sospecha que hay daños. Cierre el suministro de agua en la toma principal si las tuberías de agua están dañadas. No baje el agua de los inodoros hasta que sepa que el alcantarillado está en buenas condiciones.

10. Abra los gabinetes con cuidado, ya que los objetos pueden caer de los estantes.


¡OJO CON LOS TSUNAMIS!

Si está en la playa, esté consciente de la posibilidad de un tsunami, también llamado maremoto,”. Cuando las autoridades locales emitan una advertencia de tsunami o el mar retroceda más de lo normal o tenga un comportamiento extraño, sepa que una serie de olas peligrosas pueden llegar a las costas. Salga de la playa y camine a un lugar alto.



¿Triángulo de la "vida"?
En años recientes, un correo electrónico sobre el llamado "triángulo de vida", que da alternativas al ya establecido consejo de "Agacharse, Cubrirse y Agarrarse”, ha circulado por el mundo entero. Según La campaña “Echando Raíces en Tierra de Terremotos” del estado de California, las acciones recomendadas en este correo pueden ser riesgosas para la vida.

El consejo “triángulo de vida” está basado en el concepto del espacio vacío de sobrevivencia, pero hace varias suposiciones incorrectas:
1.    Los edificios siempre se derrumban y aplastan a todos los muebles en el interior.

2.    Los residentes siempre pueden anticipar cómo sus edificios se van a derrumbar y localizar los espacios vacíos de sobrevivencia.

3.    Durante los temblores fuertes la gente puede moverse al lugar deseado.

Otras recomendaciones en el correo electrónico del “triángulo de vida” también están basadas en suposiciones incorrectas y muy peligrosas. Por ejemplo, el consejo de salirse de su carro durante un terremoto y echarse al lado supone que siempre habrá una autopista elevada que se caerá y aplastará a su carro. Dado que hay muy pocas autopistas elevadas, acostarse al lado de su carro es muy peligroso porque éste podría moverse y aplastarlo.


Mitos y verdades sobre los terremotos…
Mito
Verdad
“Lo más peligroso en un terremoto es el riesgo de derrumbes”.
La mayoría de las lesiones ocurren cuando los objetos caen sobre la gente al entrar o salir de los edificios.
“En un terremoto, lo mejor es pararse bajo el marco de la puerta o salir del edificio.”
En las casas modernas, los marcos de las puertas no son más fuertes que el resto de la casa. Es más seguro meterse bajo una mesa o escritorio apartado de las ventanas.
“Cuando se produce un sismo, lo mejor es salir corriendo a la iglesia.”
Las iglesias antiguas no son en absoluto lugares seguros durante un sismo y sus estructuras suelen ser de las primeras en caerse.




¿QUÉ HACER ANTE UN TSUNAMI?

Un maremoto o tsunami es una serie de ondas comúnmente causadas por un terremoto bajo el piso oceánico, que viajan a velocidades de hasta 800km/h, y, al llegar a la playa, pueden convertirse en olas de hasta 30 metros de altura. Por ello, implican un grave riesgo para los seres humanos y las edificaciones.





El maremoto o tsunami se presenta como una serie de subidas y bajadas del nivel del mar, que ocurren con intervalos de entre 5 y 90 minutos. El mayor riesgo es para las zonas ubicadas hasta los 30 metros de altura sobre el nivel del mar y a menos de dos kilómetros de distancia de la costa.


  1. Identifique un lugar elevado y las rutas de evacuación (a pie y en auto).
  2. Si vive en la costa, averigüe a qué altura sobre el nivel del mar y a qué distancia de la costa se encuentra su casa, ya que la necesidad y rapidez de la evacuación depende de estos datos.
  3. Toda la familia debe saber cómo actuar, cómo cortar el suministro de gas, luz y agua, y los números de emergencia a los que pueden llamar de ser necesario.
  4. Establezca un punto de reunión, por si la familia se encuentra dispersa.
  5. Tenga a mano su kit de emergencia.
  6. Comunique a sus familiares de otras localidades a dónde se dirigirán usted y su familia, para que sepan cómo ubicarlos luego del tsunami.
  7. Identifique medios de comunicación autorizados que proporcionen información sobre este tipo de sucesos.
  8. Siga las recomendaciones que brindan los organismos de socorro, no difunda información sin criterio técnico ni rumores.
  9. Participe en las capacitaciones comunitarias de preparación para desastres.


  • Un terremoto, un fuerte ruido subterráneo o una rápida subida o bajada de la marea son señales de que puede aproximarse un maremoto o tsunami.
  • Si percibe cualquiera de estos fenómenos, diríjase inmediata pero calmadamente tierra adentro a un lugar más alto. NO espere por la alerta oficial de tsunami.

  • Aléjese de ríos y esteros que conducen al mar: la fuerte acción de la onda del tsunami y las corrientes pueden afectar el normal comportamiento de aquellos.

  • Nunca se quede a presenciar un maremoto. Si puede ver la ola, estará demasiado cerca como para escapar de ella.

  • Un maremoto o tsunami es una serie de olas. Por lo tanto, NO asuma que después de la primera ola el riesgo pasó. Las olas sucesivas pueden ser de mayor tamaño. Aléjese del lugar y no regrese hasta que las autoridades anuncien que el peligro ha pasado totalmente.

  • Esté atento a la información oficial, no preste atención a los rumores mal fundamentados.
  • Procure reunirse con sus familiares en los sitios predeterminados.

  • Vuelva a su hogar solo cuando los organismos de socorro hayan notificado oficialmente que terminó la amenaza. De todos modos, manténgase alejado de edificios dañados.

  • Ingrese a su hogar con precaución. Si es necesario utilice una linterna. De ser posible, efectúe una revisión de las instalaciones eléctricas, agua, gas y teléfono tomando las precauciones debidas. Revise si hay cortocircuitos o cables a la vista.

  • No conecte la energía eléctrica hasta que esté seguro de que no hay daños o que un electricista haya revisado el sistema.

  • Abra las ventanas para secar el lugar. Saque con una pala el barro mientras todavía está húmedo.
  • Revise el suministro de agua para beber. El agua y los alimentos pueden estar contaminados con el agua de la inundación; en ese caso, no deben utilizarse. Si es posible, junte agua en tinas y otros recipientes, por si se corta el suministro. Hierva el agua que va a beber.

  • Escuche la radio o la televisión para obtener información sobre la emergencia y posibles instrucciones de la autoridad a cargo.

  • Ayude a las personas heridas o atrapadas. Si hay lesionados, pida ayuda de primeros auxilios a los servicios de emergencia. Ayude a sus vecinos que tengan familiares de edad, impedidos o niños pequeños.

  • Notifique a sus familiares de otras localidades que se encuentra bien, pero trate de utilizar poco el teléfono fijo o celular, para evitar que se sature. Prefiera los mensajes de texto.

  • Si tiene familiares desaparecidos, notifique a los organismos de socorro para que procedan a la búsqueda.


Centro de Capacitación y Prevención para el Manejo de Emergencias y Medio  Ambiente  SOSVidasPeru Desde 1990 

https://sosvidasperutrujillo.blogspot.com


viernes, 16 de noviembre de 2018

Los Desastres y el Comportamiento del anciano



En este trabajo se describen algunas dificultades en la adaptación a los cambios biológicos, psicológicos y sociales durante la ancianidad, como problemática que se interrelaciona con las situaciones de desastres. Asimismo, se abordan la repercusión de las catástrofes en los ancianos y las manifestaciones psicopatológicas, así como las debilidades y fortalezas, que se presentan en algunos de ellos ante un evento de esta índole. Finalmente, se les ofrecen recomendaciones para su proceso de recuperación.


INTRODUCCIÓN

Lograr entender el comportamiento del anciano en situaciones de desastre, implica partir del análisis de algunos acontecimientos que se presentan en esa etapa de la vida. Resulta frecuente encontrar personas de edad avanzada con dificultad en la aceptación de su propio proceso de envejecimiento, en la adaptación a las dificultades que le imponen estos cambios biológicos, psicológicos y sociales. Entre los sucesos que el anciano debe afrontar, se encuentran la pérdida de seres queridos, del contacto social con sus compañeros luego de la jubilación, del rol social que desempeñaba en su familia y en su medio, así como la representación de su propia muerte, el inicio o la cronicidad de enfermedades, entre otros.


Para el adulto mayor una situación de desastre sería una nueva eventualidad adversa que se sumaría al problema ya existente. Si presenta algún padecimiento físico, como enfermedades crónicas (hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedades coronarias, respiratorias, renales, reumáticas, deterioro cognitivo u otras) o disminución de la agudeza visual o auditiva, u otro problema físico, o se encuentra bajo la incidencia de factores psicosociales, como vivir solo y valerse por sí mismo; entonces posee mayor riesgo ante una catástrofe, al verse limitado de actuar en función de su seguridad y protección.


En el anciano son frecuentes los estados emocionales de depresión, ansiedad e irritabilidad, relacionados con los hechos de la vida antes mencionados, entre otros factores. En ocasiones se siente desestimado por la familia y el personal de atención de salud, y en él predominan temores ante la soledad, la desprotección y la muerte.




INFLUENCIA DEL DESASTRE EN EL ANCIANO

Los eventos catastróficos en su vínculo con las vivencias antes mencionadas, constituyen factores desencadenantes y reactivadores de síntomas relacionados con situaciones pasadas no resueltas o no superadas por el anciano, dadas por emociones inconscientes influenciadas a partir de vivencias impactantes a lo largo de su historia personal y desencadenadas desde el evento traumático, en síntomas, malestares y desajustes mentales, conductuales y físicos; por ejemplo, aquella persona que ante un desastre, re experimenta sentimientos de soledad o determinados temores al permanecer solo.


Una situación de desastre puede originar un trauma emocional en el anciano, si tiene las características de ser vivida dramáticamente, por tomar de manera totalmente desprevenida, en un conflicto donde la emoción se impone a la razón y que se vive en soledad (aunque todos saben lo sucedido, nadie sabe lo que se siente individualmente) y donde no se encuentra una solución satisfactoria (no siempre es suficiente con hablar del tema). Este acontecimiento vivido como trauma se convertiría en el origen de posteriores enfermedades del anciano.


Ante una situación anormal, como los desastres, el anciano puede experimentar incluso nuevos sentimientos y reacciones no percibidas anteriormente, que pueden interpretarse como esperadas y no patológicas en un suceso vital significativo. Un mayor nivel de tensión y angustia, así como el recuerdo de lo sucedido es "normal" en este.


Sin embargo, otro número reducido de ancianos experimentan en mayor o menor medida manifestaciones psicopatológicas ante un evento traumático, en dependencia de la repercusión de la catástrofe en sus vidas.


Entre las personas que experimentan trastornos psíquicos se pueden encontrar cuatro grupos: los pacientes psiquiátricos, cuya situación puede agravarse con la catástrofe; los que poseen condiciones vulnerables previas a la catástrofe; los que sufren cuadros reactivos consecuentes del desastre y los que tienen una respuesta tardía, con manifestaciones diversas.


Sobre las manifestaciones psicopatológicas más frecuentes que se producen a raíz de un evento catastrófico, se pueden citar: los trastornos depresivos y/o de ansiedad, el trastorno por estrés agudo, la conducta o idealización del suicida, los trastornos disociativos, el trastorno de conversión, el trastorno psicótico agudo, el estado de pánico y el estrés postraumático.



Algunos de los criterios que indican que las manifestaciones del adulto se están convirtiendo en sintomáticas, son los siguientes:


- Aspecto físico: disminución en la resistencia física, fatiga, dolores de pecho o cabeza, palpitaciones o taquicardia, náuseas, temblores musculares, dificultad para respirar y aumento de la presión sanguínea.


- Aspecto emocional: nerviosismo o ansiedad, inseguridad, tristeza y/o llanto, crisis de miedo o pánico, sensación emocional de frío, sentimiento de impotencia, frustración, sufrimiento intenso, desaliento futuro, enojo y/o irritabilidad.


- Aspecto cognitivo: culpabilidad por haber sobrevivido, ideas de suicidio, problemas de memoria, confusión para pensar y/o problemas de concentración, intensa preocupación por otros, recuerdos muy vivos del evento, culpar a los demás, oscilaciones de desorientación en tiempo o lugar, pérdida de confianza en uno mismo.


- Aspecto conductual: trastorno del sueño y la alimentación, disminución de la higiene personal, uso excesivo de alcohol y/o drogas, problemas en el funcionamiento social y cotidiano en el trabajo y/o la familia, incremento de la dependencia de amigos actuales y familiares, conducta irritable e intento suicida.




Resulta importante considerar los elementos que se exponen a continuación:


• El anciano, junto a los niños, las embarazadas y los discapacitados son los grupos más vulnerables ante cualquier evento natural y epidemiológico.


• El anciano está muy arraigado a sus propiedades, al espacio de su hogar y sus bienes.


• Él tiene necesidades específicas en cuanto a la alimentación o la vivienda, y algunos por su situación socioeconómica requieren un subsidio para reconstruir su hogar.


• El apoyo socio familiar es vital para poder canalizar algunas de sus necesidades, evitar la soledad y que se propicie la socialización.


Al mismo tiempo, no se debe obviar que el anciano como persona adulta puede valorarse y reconocer sus potencialidades y limitaciones, puede actuar y ser útil para sí y para la sociedad. Debido a su experiencia es clave en un grupo de personas para reducir los efectos de un evento traumático y para la recuperación posdesastre, al ser memoria histórica de cómo se han afrontado situaciones críticas anteriores.


Este, por su tendencia a comunicarse y transmitir sus vivencias, así como por los estrechos lazos que establece con el niño, se convierte en un agente vital para transmitirle tranquilidad. Si sabe regular su propia ansiedad en presencia de los niños, podría ofrecerle cierto grado de estabilidad, protección, expectativa de mejoría y recuperación ante momentos de desastres. Desde un papel activo y participante puede desarrollar un comportamiento resiliente y clave para la comunidad, totalmente diferente a la frecuente tendencia de excluírsele, aislársele y desinformársele de lo que acontece, al ser percibido como una carga en la familia y comunidad.




Recomendaciones al adulto mayor en proceso de recuperación


- Mantener un pensamiento positivo ante todo.


- Buscar a alguien de confianza como confidente, con quien ventilar o depositar sus problemas y preocupaciones.


- Activar sus capacidades mentales para generar posibles soluciones a los problemas. Ser creativo.


- Mantener adecuadas relaciones humanas e iniciar nuevos vínculos interpersonales. Compartir pensamientos y sentimientos con otros. Amar a los demás y primero que todo a sí mismo.


- Tomar decisiones. Replantearse y retomar tareas, así como proyectos de vida en función de sus intereses que lo hagan sentirse bien y útil. Conducirse hacia el futuro con optimismo.


- No evadir el dolor o sufrimiento con el consumo de alcohol, tabaco u otra droga.


- Incorporarse a la actividad física, mental y social de su agrado. Por el contrario, también puede darse un tiempo de calma, meditación y mirada hacia el interior de sí mismo.


- Hacer ejercicios de relajación con el empleo de técnicas de visualización.


- Descansar lo suficiente. Alimentarse adecuadamente y regularmente en lo posible.


- Si persisten estados emocionales negativos, debe acudir por ayuda profesional en el área de salud correspondiente, donde existe un equipo multidisciplinario de atención geriátrica y otro de salud mental.


CONCLUSIONES


Las dificultades en la adaptación a los cambios biológicos, psicológicos y sociales que se producen en la ancianidad, se interrelacionan con las situaciones de desastres, donde el anciano puede vivenciar desde reacciones conductuales que pueden interpretarse como normales, hasta manifestaciones psicopatológicas diversas. Este presenta tanto debilidades y limitaciones que lo hacen vulnerable ante un evento catastrófico, como fortalezas y potencialidades clave para apoyar una comunidad durante el proceso de recuperación. MsC. Eliesbel Díaz Barrientos, MsC. Edith Reyes Terrero y MsC. Ana Madeline Sosa Coronado


Centro de Capacitación y Prevención para el Manejo de Emergencias y 
Medio Ambiente  SOSVidasPeru Desde 1990 prevencionpe@yahoo.com https://sosvidasperutrujillo.blogspot.com


“De las palabras a la acción” en la gestión del riesgo de desastres y la acción humanitaria

DE LAS PALABRAS A LA ACCIÓN Las organizaciones de ayuda humanitaria en América Latina y el Caribe tienen una larga y valiosa experi...